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Milenials y Seniors

 

¡Hola!, que bien poder charlar contigo. Esta llamada es para ti, aunque se la dedique a los chavales que vienen pisando fuerte, no detrás sino delante de nosotros. Tengo todo el derecho a dirigirme a ti: te conozco bien, soy como tú; una cuarentona directiva y hoy quería llamar para hablarte de compromiso.

La palabra compromiso es una de las que más me gustan. Y me gusta en cualquier ámbito. Me gusta verla reflejada en las pupilas de las personas, en los gestos de abrazo o de saludo efusivo aun sin conocerte. Debe ser porque es una promesa de algo y con algo y de algún modo implica ejemplo y generosidad. Normalmente prometes algo cuando has tenido cerca una conducta ejemplar de otra persona (una madre o padre, un profesor, un colega, un jefe..) o un modelo al que has visto comprometerse con alguien o con una causa; si es noble, la persona o la causa, ni te cuento. Ahí es cuando el compromiso se transforma en entusiasmo.

En el lado opuesto está el desapego, la falta de interés, la indiferencia. He de reconocer que son conceptos que me revuelven. Supongo que es porque no los comparto porque me cuesta entenderlos. No puedo comprender las personas indiferentes a la vida y a sus circunstancias porque si algo tiene la vida, es pálpito, voluntad, demostración, acción, acuerdo o desacuerdo…pero la indiferencia es la nada. Es pasar por la vida siendo transparente y no me cabe en la cabeza, no vivir, no mojarse, porque la vida es pasión como amor y dolor y toda la gama de emociones que hay entre uno y otro y viceversa. El compromiso va de la mano de la pasión. Volvemos al baile de lo masculino y lo femenino: el compromiso y la pasión, aunque invirtiendo el orden porque lo que prende la llama del compromiso es la chispa de la pasión.

Milenials y Seniors una cuestión candente¿Sigues ahí? Ah, vale. Pues bien, una vez planteado el asunto y dado que en nuestros proyectos trabajamos con grupos de personas de varias generaciones para profundizar en el compromiso y la responsabilidad con lo que hacen, vemos lo importante que es la chispa de la pasión, pero también la coherencia desde la dirección de la empresa; teniendo una visión completa del individuo. Y ahí es donde entras tú en juego.

Me explico: si el colaborador tiene entre 22 y 30 años y la dirección le achaca que no se compromete porque se marcha a los 2 años de haberse incorporado o no responde como debe, o no se queda más allá de las 18 h; y llegado el caso, te preguntas ¿por qué se va?, y no encuentras la respuesta: ¿no será porque o no te estás haciendo las preguntas correctas o no estás siendo valiente para afrontar la realidad? Sé valiente: ¿qué estás haciendo mal?; ¿qué no estás haciendo bien?, ¿por qué no hay compromiso?, ¿qué hemos hecho mal para que los jóvenes no se comprometan con nuestras empresas los que tenemos entre 40 y 55 años? (recuerdo que a los de 55 años les estamos enviando a su casa, víctimas de ERE´s, cierres y re-estructuraciones por fusión, absorción o vete tú a saber la causa objetivo-económica-organizativa que se nos ha ocurrido esta vez); o, ¿por qué los jóvenes prefieren trabajar para ellos mismos y comprometerse sólo con ellos mismos? En esas preguntas están las respuestas: ahí está todo.

¿Comprendes lo que quiero decir? Yo creo que la clave del compromiso está en la coherencia y esos modelos o referentes que hemos sido nosotros mismos para bien o para mal. Comprueban que nosotros, los de entre 40, 50 años nos estamos literalmente “cargando” las organizaciones desde la falta de confianza (empresas y negocios que tanto esfuerzo nos costó hacer competitivas y grandes), nos estamos “cargando” el talento senior y nuestros talentosos jóvenes no están dispuestos a pasar por ello ni a replicar ese modelo de trabajo. Fuimos los del “win-win” del pasado (siglo XX) y algunos comprobamos el daño que ha hecho dicha filosofía; porque hoy en día los tiempos, las personas, la sociedad demandan un invierte y sé generoso…porque como empresa, como directivo, debes devolver e invertir parte de la generación de tu riqueza en la sociedad (la función social de la empresa está en la base de su creación). Es “La otra economía” (**), la de la cooperación como estrategia de compañía; la de “yo te doy y espero…” porque el retorno llegará de uno u otro modo.

Esa es la mentalidad joven; eso son los jóvenes y por eso los negocios que tienen éxito son los que dan más que reciben en el corto plazo, los abiertos, los colaborativos, los que no obligan al consumidor, sino que le comprometen con su marca y su reputación.

No puedes pedirle compromiso ni pasión a un joven al que gestionas con los mismos sistemas de evaluación con los que te gestionaron a ti, los mismos horarios, los mismos formularios para pedir vacaciones, los mismos métodos jerárquicos del porque sí (los que procedían de la era pre-internet) y, sin embargo, le ofreces unas condiciones profesionales mucho más endebles que las que tú jamás tuviste (y no sólo hablo de salario).

Y por último, porque puede que ese joven, una buena tarde de regreso a casa, se tope con una caja de cartón en el hall de entrada de su casa. La caja lleva escrito el nombre de su madre, de 49 años, a la que acaban de despedir esa misma tarde de su empresa, con la copia de un talón bancario a dar en mano, después de 18 años de entrega a una compañía multinacional norteamericana donde se formó, reformó, aprendió, recicló, enseñó, cambió y dio todo lo mejor de sí misma mientras criaba a sus hijos y se preocupaba de que el sistema familiar siguiera funcionando. Toda la carrera de su madre está en esa caja de cartón con el logo de la renombrada corporación que invierte millones en programas de Responsabilidad Social Corporativa en países del mal llamado tercer mundo. Y es que mañana, esa madre también puedes ser tú y el que contempla la caja, tu hijo.

Me despido que no quiero ponerme pesada. Ya charlaremos en otra ocasión. Llámame cuando quieras; estaré encantada de conversar contigo. Un abrazo y cuídate mucho.

(*) Dedicada con fe y esperanza a “las nuevas generaciones que trabajarán por un mundo en el que nadie se quede atrás” extraído del Informe del Observatorio Empresarial Contra la Pobreza. “Negocios Inclusivos y empresas españolas” https://www.empresascontralapobreza.org/

(**) “La otra economía” https://www.youtube.com/watch?v=isrJNYobVQI  es la campaña de Seguros Divina Pastora que abre su empresa a otras causas colaborativas a través de su web.

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